Empuje incontenible o, también, furia
desatada.
Lavadora automática, carga superior.
Zafarrancho fundas (teóricamente
lavables) del solemne, magistral sillón de orejas.
Sensación de riesgo inminente ante eventual
(y ojalá que no) catástrofe de dimensiones todavía por confirmar.
Determinación en el rostro, en los
gestos. Mohín asimilable al característico de los toreros, cuando se disponen a
ejecutar la suerte suprema.
Concentración. Sobre la marcha, disposiciones,
adaptaciones adicionales surgidas como consecuencia de lo que en los conflictos
bélicos llaman, con eufemismos casi nada diplomáticos, “efectos colaterales”.
El alterado redactor de estas notas
experimenta (con el alarmante y difuso rumor que anuncia grietas emergentes en
su estructura psíquica) una extraña inseguridad.
Chiclana de la Frontera. Seguiremos
informando.
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