De aquellas remotas fechas en las que el Comodoro y el Hipocampo militábamos en la Armada, data la puesta en marcha de los peajes que en la autopista de Sevilla a Cádiz y viceversa fueron la gota malaya en el esquilmado bolsillo de los usuarios/conductores.
Ahora, más ufanos de lo que su desconocida decencia admite, los encargados de la cosa resuelven por fin interrumpir la concesión nunca mejor dicho explotadora, con varios lustros de retraso sobre lo teóricamente previsto; roneo que los andaluces, gente por lo general de tendencias festivas y algo dados al blando perdón de los olvidos, acogen con mayoritario y aliviado cachondeo.
Viajero frecuentísimo de estas latitudes, por un prurito romanticón del riesgo y la aventura (8º o 9º niño de Écija), el apego a las ventas y pueblos tradicionales de paso y cierta rebeldía residual, casi siempre esquivé el oneroso e insolente detalle del mencionado pago, rodando con escasos incidentes (que alguno hubo) por la carretera nacional que fue la precedente y mantenía su combativa vigencia; y notando, no faltaría más, cómo iban creciendo "el parque móvil" y sus vicisitudes.
Dicen que casi 50 años.
-- Vaya.
❤
ResponderEliminar