Hay veces que, después de los amores,
en el aire de nuestra habitación
queda un silencio grande.
Y un poquillo después,
se siente el pasar leve
de la pregunta muda e interior:
Esta vida, ¿hasta cuándo?
Y al poco,
y porque tu cabeza suele estar
reclinada en mi hombro
y el vello de mi torso
hace por tu nariz cierta cosquilla,
te la frotas igual que una chiquilla.
Es que me encanta como escribes!!
ResponderEliminar