¿Qué profunda pujanza, qué recursos
hacen brotar tu fronda capilar
tan arbórea, y respetable y blanca,
metáfora de olas en el mar?
Varias semanas hace que avisaste
de este antiguo y recobrado antojo
que observas con asombro en los espejos
bailándote una risa por los ojos.
Se diría que vira
tu acreditada condición de oso,
y que tu aspecto da paso y respira
a un rey león, pautado y caviloso;
o a un carolingio rey de la baraja,
con preferencia, de copas o espadas:
el rostro, lejos de cualquier tijera,
de cándida Gillette o de navaja.
¿Confiere un lujo y un plus de nobleza,
en la espera del oro del Perú,
la plata de esta barba que se espesa
con la espuma diaria del champú?
Nada nuevo bajo el sol
ResponderEliminarUn saludo, guapetón!!