De vosotros, no menos se esperaba,
mendaces demagogos bananeros.
Rojos cual atún rojo de almadraba,
más bien golfos, más bien aventureros,
el cancionero de los "compañeros"
(donde unos pringan y otros, siempre a flote,
uno, el cómitre, los otros, galeotes)
os camuflaba apenas el plumero.
Y azote de "los ricos,
esa infame y decadente casta",
al incauto y menguado personal,
vendiéndole la burra iconoclasta
se os iba la fuerza por el pico
y en tangos de arrabal.
Pero es un carnaval falso y postizo
y al cabo queda sólo el compromiso
de daros, como todos, la gran vida
y que los mansos sigan la corrida.
¿Un pisito modesto?
¡Venga, cuates,
que después del chalet ya vendrá el yate!
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