Ya eres mustio pelele que blasona
de un patetismo inútil que tú mismo,
paradigmático de solipsismo,
siembras de Waterloo hasta Barcelona.
Aupado en pedestal de terne estorbo,
durante meses has sido un coñazo,
un enhiesto patán de gesto torvo
que, despechado, enfrenta su fracaso.
Por muchas tonterías
que por decir te queden todavía,
a tirios y troyanos ya cansaste
y el cuento se te acaba y se va al traste.
A otro pelmazo, como tú, un buen día
Don Juan Carlos I le decía
aquel sonoro "¿por qué no te callas?"
Ahora que ya tiras la toalla,
vente por Cádiz, picha:
seguro que el alcalde se encapricha
y te distingue con una medalla.
Porque el amorfo Kichi que nos rige,
fijo que si te ve, se te dirige
y te ficha "pa" alguna chirigota
en vista de lo bien
amueblada que está tu cabezota.
Querido Rodrigo, Maestro: en hoy has estado «sembrao».
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