viernes, 9 de febrero de 2018

¿Serán los mismos?

La gente que ampara, concede, incluso aplaude y festeja, con su bula para la "libertad", o el libertinaje de expresión, la mofa y el escarnio de las religiones y las creencias ajenas (ejemplos recientes; también aquellos semanarios panfleteros previos a los atentados de París; tantos otros casos):
¿Es la misma gente estreñida que se indigna y llora, y se rasga infinitamente las vestiduras cuando a alguien, hoy día, se le ocurre emplear la palabra -- por otra parte, de extendido casticismo, rotunda y acreditada sonoridad, véase CJC -- maricón?
¿Es la misma gente, hipócrita de "pudores" discriminatorios, a la que una misma tea sirve para arrimarla al ascua de su sardina generalmente tóxica y para quemar de paso a "los otros"?
¿Es la gente que ya va recomendando eliminar la palabra coñazo y quizá mantener todavía gilipollas, con la escarlatina del lenguaje sexista? ¿La del pensamiento único y la corrección/estolidez política?

-- Me acuerdo de Trabuchelli, cuando decía ¡Qué país, qué paisaje y qué paisanaje! 

1 comentario:

  1. Interesante reflexión. Por cierto la frase del colofón creo que se atribuye a Unamuno (Al parecer fue el título de un artículo suyo)

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