Contemplo todo esto que ya, alguna vez, hemos nombrado aquí.
-- Sí, sí, para poner los dientes largos: que si el mar, que si el jardín, que si las puestas de sol...
-- Precisamente. Pero hoy, con el "taller" de costura que han montado en el porche las manos laboriosas que me hacen el café...
-- A "Isadora" te refieres.
-- Justo. Pues que mirando el ficus frondoso de la esquina y el limpio cielo del día, y el cristal emplomado e inocente del balandro, el faro y el acantilado...
-- Eso, tú sigue.
-- No me interrumpas. Que lo que me da pena es saber que nuestro tiempo, el de todos, tiene la duración limitada y siempre será poco, ahora que algunas cosas ya aprendimos (no digo que todas, claro) para vivir, sentir, querer mejor.
-- Pues aprovecha a tope, esa modesta sabiduría.
-- Tienes razón. Convendrá tenerlo presente.
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