De los unos ya espero:
el fanatismo excluyente y activo,
el crudo disimulo despectivo
que, camuflándose en la "diferencia"
pretende con manejos de trilero
el ancho de un embudo de indecencia;
la discriminación antojadiza,
el adoctrinamiento envenenado;
la retórica mustia, la ojeriza
de intereses cansinos y creados;
el inaudito "morro por decreto"
de la falsa ficción cosmopolita
con un tufo aldeano y unos vetos
de anacrónico aspecto antisemita.
Y con esto, ¿cuál va a ser la respuesta?
¿Serán apáticos, serán cobardes
los restantes, sufridos ciudadanos?
¿A tan pelmaza y resentida apuesta
contestarán, aunque parezca tarde,
y al final llegaremos a las manos?
No resulta imposible
con tal ruido y gente tan "jartible".
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