¡Qué magna bufonada,
qué "solemne" esperpento!
La peña ilusionada
que se creyó los cuentos
celebra una verbena
de ambiente bananero,
de sonora colmena
y asueto callejero.
Se les ve tan felices,
metidos en parranda
y tanto se bendicen,
plenos de propaganda,
que yo también, un día,
fingiré mi autarquía;
y seré farolero
y republicanito
y con o sin dinero
urdiré un plebiscito
donde podrán votar
y podrán "decidir"
solamente los calamares que estén de acuerdo con mis majaderías, y a los otros, que les vayan dando.
¡Cachondos que sois!
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