Desde "Tendido Cero" ya comenzaron, al darnos una muestra -- que habríamos querido mucho más amplia -- de lo que se vió y se vivió en la faena de Morante de la Puebla en Aranjuez.
Una esplendorosa estampa en la que se evidenciaron la maestría, la belleza y el valor que este artista del toreo, serio, hondo y sabio, imprime a sus mejores tardes.
Quienes abominan de la Fiesta Nacional (los revoltosos y descontentos que ya sabemos) están lejos de comprender su calado, intoxicados con prejuicios sectarios y politiquerías pusilánimes que, por cierto, no aplican jamás para otras cosas discutibles; lejos de la pasión y la inspiración que la tauromaquia ha producido durante siglos en genios muy superiores a estos "escrupulosos" de la conciencia.
A la tarde, Pereda en Albacete. Sólo ante el peligro de los 6 astados que le dieron la ocasión de demostrar todo tipo de lances, bien ejecutados y atornillado de zapatillas a la arena.
(Infumables, en cambio, los "comentaristas" empeñados en no descansar de la cháchara sin sustancia. Sobraba la mitad, por lo menos, de ese inútil parloteo que no tuvo pedagogía taurina ni anécdotas de mayor lucimiento.)
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