Hoy toca limpieza, Cleopatra. Entre dos y tres horas para que, desde los faros hasta los tubos de escape y el cubrerradiador, resplandezcas de modo que la próxima salida parecerá que vamos directamente a Camelot, a una asamblea ilustre alrededor de la Tabla de Arturo, rey de Bretaña.
Y mientras, te iré contando lo de Malasia.
Caballero discreto y eficacísimo, Dani, subiendo de nuevo con todos los méritos al más alto puesto del podio.
Caballero ya maduro, moderada la arrogancia de los primeros años, Jorge, mientras aspira al título, como el templado y sabio piloto que es.
Caballero combativo, con cualidades demostradas y el apasionamiento y el arrojo de la juventud, Marc.
Y, qué lástima, resabiado y tocado de impropia villanía, tunante Valentino quien (aunque nadie osaría discutirle la veterana habilidad y los múltiples premios), después de la retórica liante y provocadora, no se ha portado como a su fama corresponde.
Los aficionados, Cleopatra, no nos merecemos tal conducta.
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