¿Qué hondo estupor, qué imprevisto
asombro causarás en gentes de tan otro y distante, y aun remoto, continente?
¿Cómo serán los gestos, los atropellados
pensamientos, las frases espontáneas o bien calculadas, simples o retóricas, de
verbal lucimiento o quizá apocado y romo trastabilleo, con los que
interlocutores tan desconocidos e inadvertidos corresponderán a tu invicto
exordio?
¿Qué reacción en sociedad, qué
admirables reseñas de prensa, qué críticas literarias, incluso cinematográficas
intentarán, acaso en vano, acercar a la pública opinión del Uruguay la
sensación de tu llegada, de tus imponentes empaque y presencia, de tu sonora y
abaritonada voz jupiterina en el momento de saludar a la plebe o a los laureados
tribunos con la clásica, elegante, senatorial oración “Hola, soy Charly”?
N. del A: Al cierre de
la edición, una duda nos atenaza y encocora: ¿será Charlie la ortografía
“correta”?
No hay comentarios:
Publicar un comentario