Entre las mozas recias de Femen, que tan de súbito se
muestran proclives a empelotarse para parlamentarios y prelados, y las señoras
musulmanas del velo y los burkas y similares, hay mucha tela que cortar.
Si exceptuamos el desacuerdo del sector textil
(fabricantes, expendedores), lo que parece consecuente, y poco más, se nos
viene vendiendo hace mucho tiempo el divertido sofisma de que la libertad y la
superficie expuesta de carne femenina guardan una relación tan estrecha que se
diría indisoluble o de causa y efecto.
Las ganas de pachanga son cosa frecuente entre las
manifestaciones y comportamientos sociales pero hay alguna faceta de ese asunto
que presenta problemas. Así que los sesudos especialistas se pusieron en su día
al correspondiente análisis y en algún país ya se ha formulado legislación al
respecto.
Pasa que en los “modernos” ambientes occidentales se ha
impuesto un criterio, y una moda, de marcadísima ventilación. Y como siempre
tenemos la afición de proponernos como ejemplo (que ya tiene guasa), cátate ahí
la discrepancia con el enfoque de “esas otras culturas” que se instalan entre
nosotros.
Lo que sí parece sano es apostar por el refrán que reza “donde quiera que fueres, haz lo que vieres”.
Que ahora lo llaman integración y será sensato propósito si obra en ambas
direcciones. Yo, como músico, sugeriría a los integrables la moderación: ni sumarse a ciegas a los desvaríos e
hipérboles, ni tampoco mudarse a un sitio y ponerlo todo patas arriba al particular,
e incluso drástico, acomodo.
Si existe reciprocidad entre países (cosa de natural
equilibrio y compartida conveniencia), me parecerá de perlas que, junto a una
franca puerta de ingreso para los interesados en entrar, incluso permanecer,
siempre de acuerdo con las leyes, haya una puerta de salida y que esté de par
en par abierta y disponible para los contrariados.
Y, a aquellos que la elijan,“que Dios les dé salud como descanso dejan”.
El
Hipocampo dibuja un calderón sobre la reflexión de hoy. Si Vuesas Mercedes no
pierden este frágil hilo de Ariadna, nuestro ambigú procurará volver a ofrecer
su “cocktelería” a partir del próximo día 11.
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