Nuevo no es el proyecto. Ni los ingredientes: la
dominación, el poder; la hegemonía religiosa y económica; el fanatismo de los
guerreros. Entre los que queramos.
Y como ya hemos disfrutado de docenas de convulsiones en
la Historia, tampoco es imposible que salga adelante.
Dependerá de la velocidad de su desarrollo, del alcance
al plazo que sea, que nos “quede más o menos en el convento”. Dependerá de las
“pilas” que se ponga este negocio de egoístas antagónicos conocido como
Occidente.
La cosa no está clara. El César no es Julio sino una
especie de esbelto y maduro universitario “bailando
alegre el bayón” que, con explicable cautela, no la va a liar parda así
como así.
Mientras tanto, Carlos Martel es ahora un señor que anda
cambiando el gobierno francés, entre devaneo amoroso y devaneo amoroso; los
lebreles de la reina interminable se dedican a incordiar con lo que se encarte,
Gibraltar incluido; la Merkel y Mariano están en lo del turismo más
gastronómico que rural (mejillones, vieiras, filloas) por la hermosa Galicia.
Conque puede que cuando sea:
Julio Anguita tenga que deponer su metafórico/honorífico
apodo, reconociendo que es de la señorita Pepis y a pesar de lo mucho que lo ha
fomentado con su singular corte de barba.
Puede que haya que trajinarse con alguna zapatontería de
alianza a esos señores de Dubai, Arabia, etc. O los seducimos con los caldos
del Puerto, de la Rioja y así, o habrá que volverse abstemio, porque Alá
encargó a Mahoma que prohibiese las copas. (¿De verdad que esos adinerados
jeques no lo prueban? ¿Ni el bourbon reserva, ni el elegante, chispeante
champán francés? ¿Ni siquiera lo de Cazalla de la Sierra o Chinchón?
Luego viene lo del atuendo. A mí me molan las túnicas
inmaculadas que visten, los albos tocados ceñidos con oro. Sólo que eso hará
superfluo el esfuerzo de moderar la prominente panza de Balú, por muy PeterLawrenceO´Toole
que procure sentirme.
Y lo más grave, lo que más hondamente lloraremos, será
que ya no podremos contemplar en público la hermosura de nuestras musas
predilectas: Rahola, Almeida, Báñez, la prole gótica del que te dije…
sepultadas sin misericordia bajo los más estrictos, rigurosos, espesos burkas.
Una lástima.
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