“Detrás vendrá quien bueno te hará”.
Debe ser el signo de los tiempos, a mayor abundamiento.
Y mira, Alfredo (que me permitirás el tuteo, entre
barbudos veteranos y precursores de la modernidad), que yo te noté siempre un
resplandor sombrío, valga la contradicción, una cosa entre inquietante y
conspiratoria. Pero al menos tenías experiencia.
Y ahora, con la múltiple urgencia repentina de la
renovación generacional, los electores desanimados y decepcionados de tu
partido tienen que votar a un conductor de repuesto y las tres opciones son
como deprimentes. Por cierto, ninguna “miembra” en la lid.
El de la barba, con aspecto un poco añejo ya, es el que
más retrasado va en esta carrera.
Y luego están esas dos personas, que digo yo que lo
serán: una, de semblante algo cansado/huidizo y la otra, que se luce ayer por
la tele con un “yo querría mucho
agradecer” que es un caso primoroso de hipérbaton, aunque puede que ni lo
sepa, según en qué plan de estudios se “formó”, porque desde luego Góngora no es.
Lo dicho: detrás vendrá…
Diego Manrique me ha conducido a este rincón de mar en calma...
ResponderEliminar... la lectura del comentario de hoy la percibo sincera...pensada...
resulta agradable.