sábado, 29 de marzo de 2014

Una inesperada contingencia



Una mañana, ante la ventanilla de estilo minimalista del Excelentísimo y Alto Negociado de Concesiones, Chollos y Suculentos Jubileos, se presenta una larguísima fila, no siempre ordenada, de 40 y muchos millones de españoles, todos iguales ante la Ley y con los mismos derechos (lo importante no son los deberes sino los derechos), todos hijos de Dios y herederos de su Gloria.
Un ujier de aspecto solemne y considerable estatura, aunque algo barrigón y de pelo rizado, va indicándoles con disuasoria parsimonia que se aproximen de uno en uno y planteen sus respectivas solicitudes. Y así:
1º de la fila: “Quiero estudiar para notario. Exijo una beca”.
2º: “Quiero llegar a ser cirujano. Exijo una beca”.
3º: “Me he decidido: seré piloto de Fórmula 1. Exijo una beca”.
4ª: “Pues lo que yo tengo pensado con mi churri es hacerme registradora de la propiedad. Y exijo una beca”.
5º: “Quiero poner una peluquería de señoras. Exijo una beca o lo que sea”.
6º: “Quiero ser arquitecto. Exijo una beca”.
7º: “Quiero ser indio piel roja y abrir un club privado para grifotas VIPS, tronco, ¿qué, que no? Venga tío, enróllate, como decía Tierno, a ver una beca, tronco, qué passaaa…”
8º y siguientes:…  
Miles y miles de años más tarde, el funcionario sobreviviente, descendiente legítimo del que estaba la mañana aquella, informa a la concurrencia de que al no haber ni de lejos bastante dinero para todos, sería discriminación injustísima e insoportable acceder a unas demandas sí y a otras, no.
La amarga verdad se refleja en los rostros muy envejecidos ya de los ciudadanos peticionarios. Algunos hombres sufren crisis de ansiedad y varias señoras se dan a la bebida. Así pues se decide, ante tal situación, que se nombre una Comisión Parlamentaria que estudiará, después del verano, las posibles soluciones cósmicas para esta inesperada contingencia.

2 comentarios:

  1. Kafkiana y sardónica reflexión a modo de fábula. Gracias, Rodrigo.

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  2. Gracias a la tecnología por ser ese "papel", esas hojas que permiten a Rodrigo escribir sus pensamientos y gracias a ella también porque podemos conocerlos. Saludos Rodrigo.

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