martes, 24 de septiembre de 2019

La continuación de las buenas costumbres

Seguramente desconcertados por la abrupta desaparición del árbol que a algunos debía servir de cobijo; omitido, durante varios días, el gratuito "servicio de desayuno" que los aquerenció, hoy los pájaros tardaban en decidirse a remontar desconfianzas y a aprovechar los trocitos geométricos de pan que vuelvo a dejarles sobre las baldosas del jardín.
Permanezco inmóvil, dentro del porche, sentado en el "sillón del observador", esperando. Al cabo, van atreviéndose, ensayando con cautela vuelos rasantes de reconocimiento, como de tanteo, explorando las posibilidades de hipotéticas trampas que (pero ellos no lo saben) no existen.
Y después, poco a poco, 5, 6, 7 de ellos, sin renunciar del todo a la prudencia, dándose ejemplo unos a otros, y que "a buen hambre, ni duro que fuese lo habría", van aterrizando y disfrutando de esta variedad de maná, discontinuo y providencial, con el que seguimos haciéndonos, diferentes y todo, buenos amigos. 

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