lunes, 16 de julio de 2018

Del traslado de apliques y otros inesperados comedimientos

Coincidiendo con la festividad de la Virgen del Carmen, notoria patrona de navegantes, y al efecto de que sirva de guía o referencia para los variados bajeles que participan en la procesión o romería acuática correspondiente, celebrada por estos mares, se ha procedido a la instalación de preferente y artístico farol en la fachada del Santuario.
Esta decisión, de carácter singular y acaso levemente inexplicable, ha desencadenado otras reubicaciones que, de paso, daban lugar al estreno contemporáneo de un globo que los más fantasiosos denominarían "romántico" y otros, quizá con ponderación mejor atinada, "decadente".
Aventureros veteranos, impulsados por modestos destellos de inspiración, llevados de atávicas y no siempre bien definidas querencias, Lady Taladro, prodigio de precisión y exigencias, y su bienintencionado aunque excéntrico ayudante, han dado cima a un propósito, azaroso y nebuloso en su origen, como tantos otros, que no dejará de causar lógica inquietud y cábalas desorientadas entre los eventuales y contemplativos espectadores, tanto aborígenes como foráneos, ajenos en su totalidad al debate proceloso que, en el esencial congreso interno, suscita el tono amarillo y aprobado con escasa unanimidad, de esa suerte de luminoso y fijo, "de tierra adentro", mascarón de añorante y nostálgica proa. 

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