martes, 22 de mayo de 2018

Los delicados predicadores

De vosotros, no menos se esperaba,
mendaces demagogos bananeros.
Rojos cual atún rojo de almadraba,
más bien golfos, más bien aventureros,
el cancionero de los "compañeros"
(donde unos pringan y otros, siempre a flote,
uno, el cómitre, los otros, galeotes)
os camuflaba apenas el plumero.

Y azote de "los ricos,
esa infame y decadente casta",
al incauto y menguado personal,
vendiéndole la burra iconoclasta
se os iba la fuerza por el pico
y en tangos de arrabal.
Pero es un carnaval falso y postizo
y al cabo queda sólo el compromiso
de daros, como todos, la gran vida
y que los mansos sigan la corrida.

¿Un pisito modesto?
¡Venga, cuates,
que después del chalet ya vendrá el yate!

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