domingo, 11 de febrero de 2018

... aleja las pasiones y su descripción, que hoy se diría desmesurada y más bien ingenua

Se enreda mi cerebro como un juego de ajedrez,
vencido en las raíces del recuerdo de tu piel.
Sé que el vino del deseo no me quita ya la sed
a la luz confusa y vaga de este amanecer.

Me esfuerzo en comprenderte y no puedo comprender:
un sentimiento amargo me envenena con su hiel.
Sé que no me perteneces y a pesar de mi razón
la locura de los celos quiebra ya mi voz...

Quiero saber quién te ha tenido esta noche,
quiero saber quién me robó tu pasión.
Quiero saber quién acaricia tu cuerpo
y siembra el odio dentro de mi corazón.

Te siento fría y lejos, con tu risa de cristal;
te siento sola y ebria, inconsciente de mi mal;
y hay un vértigo en tus ojos, en tus manos y tu voz
que nos hunde y se interpone entre los dos.

Mi insomnio me da espuelas, cabalgando la distancia;
mi amor, la caracola de tu verde resonancia.
Sé que no me perteneces y a pesar de mi razón
la locura de los celos quiebra ya mi voz... 


(¿1978? ¿Creeréis que me cuesta reconocerme?)

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