sábado, 4 de noviembre de 2017

Pañitos calientes

Llama la atención esa tendencia a la queja, vaya.
Cuando tamaña "causa" tiene como valedores a tantos y tan aguerridos paladines, a semejantes "héroes" del idealismo, de la "democracia" a su manera, y cuando tanto ímpetu afanador se ha empleado en barrer para adentro y en defenderse entre todos, siempre que ese "todos" solamente incluya a "los nuestros"...
...quizá rechina, decepciona, disuade, el talante que decía el otro resbaladizo tramposo, con el cual se pide, se pretende que, al aplicar las sanciones que creyeron que jamás los alcanzarían, intangibles en su "diferencia", ellas sean de talla tal que no rebasen esa "proporcionalidad" que arbitrariamente querrían, del más cómodo diseño y de la conveniencia más sesgada y ventajista.
A lo mejor les gustaría que se les tratase con pañitos calientes; o que la máxima sanción consistiera en la obligación de comer a diario helados de postre, con lo que eso duele a las dentaduras no tan feroces en realidad de los "honorables" y su decadente séquito, su tropilla rencorosa y revoltosa de seguidores. 

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