sábado, 26 de agosto de 2017

El calor, que va a acabar conmigo

Lo mejor de la otra tarde fue la continuidad que el "bricolaje" ha implantado por estos lares, logrando que la visita a ese centro que sabemos no haya sido del todo infructuosa sino que vuelvo a casa con los estigmas de una relativa, aunque no estéril, compulsión compradora, dejando a la par visualizado alguno de los elementos que redondearán planes y proyectos pendientes.
Lo mejor de la otra tarde ha sido el itinerario a contracorriente de los bañistas "jartibles", con escala en el súper de turno para añadir alguna dosis de colesterol a las tentaciones cotidianas.
Y previamente ese café con hielo del despejo; la tarifa de abuelillos en la taquilla del cine y...
-- No esperaba gran cosa. Pero este afán de exagerar la fantasía hasta el desquicie no es ya de recibo. Vale que la eterna lucha del bien y del mal y bla, bla, bla. Pero "oyes","La torre oscura" no pasa de ser una magna memez de diseño; una manera de malversar el oficio de actores acreditados, tirándolos a un abismo de hondas tonterías.
Y mucho más boba, frívola, insustancial y excesiva resulta "Valerian, la ciudad de los mil planetas", muestra alarmante de lo que la industria está llevando a cabo para reducir con firmeza la sensibilidad y la inteligencia que se le supone a un público de niños cortitos y adolescentes con escasos alcances, de cuyo incierto y patético destino sólo suenan señales de malísimos presagios.
-- Te lo dije, que iban a ser un rollo.
-- Ya: debe ser este calor, bochornoso, criminal, que va a acabar conmigo. 

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