domingo, 7 de mayo de 2017

Halagos apaciguadores

La Niña de las Tres Ruedas:
-- Rudos, vulgares, de una prepotencia medio machista y ordinaria.
El Hipocampo:
-- Bueno, no te lo tomes así, no es exactamente eso.
-- Pues no estoy de acuerdo. En todo el paseo, apenas hemos visto ningún modelo verdaderamente elegante, aristocrático.
-- Pero ya sabes lo que ocurre: es una competición deportiva XXXL y tanto el evento en sí mismo como la mayoría de asistentes (los que anduvieron de acá para allá) son de esa cuerda, de esa estética.
-- Si se puede llamar estética a "eso"...
-- Vamos, no seas clasista. Con los tiempos que corren, si cualquiera te oye...
-- No me importa un ardite.
-- ¡Atiza, tú también con los vocablos literarios y en desuso!
-- Ya ves, todo se pega.
-- Vale, no te mosquees. ¿Puedo decirte una cosa? Eras la más guapa, la más ancha de caderas y la excepcionalmente azul.
-- Tú y tus piropos. En fin, entérate esta noche de quién, de esas dos lumbreras, gana en Francia, y mañana me lo cuentas.
-- Sí, corazón.

 

1 comentario:

  1. Pionono está más del lado de La Niña.

    De entre todos los males
    que a este anciano ya afligen
    ninguno es comparable
    con el de ...¡los amotos!
    Mayores o chavales,
    soñando que compiten,
    cual orate inestable
    Se juegan, cuando menos, huesos rotos.
    ¡Me importan un ardite!

    ResponderEliminar