domingo, 12 de febrero de 2017

El albergue

Para dormir desnudos, abrazados y juntos,
tenemos puesta a tope esta calefacción;
y nadie sabe hoy de qué va nuestro asunto,
ni escucha las arritmias de nuestro corazón.

En singular contraste con la primera estrofa
hay dos aventureros trepando en la nevada:
no podría un vigía, de la más alta cofa,
imaginar lo blanca que está Navacerrada.

Al bajar del Citroën, nos ampara el paraguas,
mientras nos dirigimos al cercano asador;
el secreto que guardan tus celosas enaguas
también queda al amparo de un sosegado ardor.

La tarde en el albergue discurre en calma lenta.
Y en las distantes hojas de aquella enredadera,
mecidos por la música ambigua de "Magenta",
yo recobro tus "ojos brillantes, de pantera".

1 comentario:

  1. Dios mío!!
    Si supieras de verdad lo que es "AMOR", te harías una idea de lo que he sufrido hoy,buscando una parte de ese corazón partido y compartido que alguien sin darse cuenta perdió. Y al que he tenido mirando al suelo hasta encontrarlo. Y ahora, leo esto en un momento tan duro, tan duro, que me ha destrozado.
    Igual en dos minutos me arrepiento de haber escrito esto. Pero es lo que siento.

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