sábado, 31 de diciembre de 2016

Apenas cae la noche

Apenas cae la noche.
Hay ese lucero solo, que dicen que es Venus, sobre un cielo limpio.
Hay también, sobre el fondo azul y hermoso, la fina cuchilla curva del cuarto creciente.
La visión me trae a la memoria aquella etiqueta que sellaba el frasquito de vidrio lobulado y mágico de "Maderas de Oriente", colonia predilecta de mi madre.

Cierro la puerta. Nochevieja. Vamos, Hipocampo.

viernes, 30 de diciembre de 2016

Del coloquio decoroso que tuvo lugar entre el "Plegablito" y el Hipocampo

"Plegablito": ¿Y bien?
Hipocampo: No sé. Parece que, dentro de su delicado carácter artesanal y minoritario, los días que el "blog" sueña, que se hace ilusiones, o que desvaría por laberintos amorosos, el personal adicto disfruta más.
-- ¿No será que te toman por...
-- ...por lo que no soy.
-- Anda ya, que alguna fama te han echado.
-- Eso: "me han " echado.
-- En todo caso, no se te da mal la vertiente galante. Es más, ya consta esa expresión en alguna entrada anterior.
-- Lo da el oficio.
-- Y los estímulos. Que cuando te sientas ante mí, no sé nunca por dónde saldrás; pero, en ocasiones, como que te agarras a una nube que pasa.
-- Dices tú de nubes. Sin ir más lejos, las que había esta mañana (ya sabes que madrugo), que interrumpí el desayuno para salir al jardín y no perdérmelas.
-- ¿Cómo eran?
-- Anchas y guapas, como las caderas de una mujer madura. Doradas y rubias, como si esa mujer fuese una escultural walkiria del Norte.
-- O de más acá.
-- También.
-- ¡Si es que te conozco!

jueves, 29 de diciembre de 2016

De vez en cuando, pinchazo

Apta para majaderos, se nos plantea con desconcertante libertinaje conceptual esta fantasía sobre la secta, o lo que fuera, de los Asesinos.
La impresionante acumulación de despropósitos y disparates inverosímiles que constituye la trama de esta cinta, consigue que sea un fiasco sin redención posible, y que ni siquiera se justifique por la presencia de la Cotillard, con un peinado que en nada la favorece. Un peinado lamentable que alcanza a deprimir al espectador, por sufrido que sea.
Por su parte, Jeremy Irons -- y no es la primera vez -- encarna su personaje de cartulina con el correspondiente hieratismo rígido, con el que, finalmente, todo queda en un alarde estéril de presuntuosa fantasmada.
La sesión, padecida en los cines las Salinas de Chiclana de la Frontera, sólo tuvo a favor la tarifa del miércoles y la de los veteranos: 3 euros. De menos nos hizo Dios. 

miércoles, 28 de diciembre de 2016

Cuando te veo

En tu torso, el relieve
de unos senos tan breves
que apenas se señalan.
Y por tus pantorrillas
la doble maravilla
curva, de colegiala.

Luego, los rizos persas,
la cobriza y diversa
melena seductora
que en conflicto parece
y, al cabo, se merece
tu encanto de señora.

En brillo y en tamaño
no han mermado los años
la magia de tus ojos,
su expresiva intención
que, de este corazón,
liberan los cerrojos.

Y así, cuando te veo,
me vuelven los deseos
de decir lo que callo.
Mas la edad nos separa:
¡Quién pudiera y mirara
y jamás al soslayo,
sin haber nunca nada!

martes, 27 de diciembre de 2016

Descalza

En la calle, tres coches:
Uno, de no sé quién.
El mío, que llegaba.
Y, cruzando delante, andabas hacia el tuyo, tú, desconocida, con la melena y la chaqueta largas y, en la mano, los zapatos que cubrieron tus pies, que ahora volvían con los restos de arena de esta playa.
Para mañana, que es el día de los Santos Inocentes (aunque a la impía Carmena seguramente le parecerá otra fiesta cristiana, es decir, reprobable), te dedico estas líneas, inocentes también, que el Hipocampo envía, teñidas de añoranza insatisfecha, desorientadas de indecisión, a medias arrepentidas, y originadas por causas que no conoces, que acaso a nadie importan.
¿No sabéis? Es la tenue, y al tiempo pesada, losa sola de la soledad.

jueves, 22 de diciembre de 2016

El bombo dorado

Con atolondrado alborozo, con absoluta expectación, se han vivido los desafueros de la lotería, en el día de hoy, transmitidos, claro está, por la "tele", que ya parece olvidada de lo de Berlin y de lo de Vistalegre y de lo de Aznar, etc. 
-- El "ansia viva", como dice José Mota.
-- Y las estrecheces. La gente "no llega a fin de mes".
-- Eso de "estrecheces" es añejo: lo que se decía antes.
-- Pues la expresión habrá caído en desuso pero la realidad sigue vigente: paro, sueldos bajos, pobreza energética ...
-- ... y los bares, con sus terrazas, y los restaurantes y las gasolineras y los hoteles, a rebosar. ¿Dónde está el truco?
-- Puede ser. Pero hoy, arrebatados por el fervor de la ingenuidad, ¿un espejismo al año, hace daño?
-- Me hace recordar aquella sentencia que escuché en el Virreinato de Nueva Granada: "para cuatro días que vamos a vivir, dos, borracho y dos, durmiendo". 
-- ¿Drástico?
-- Abstemio.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Para Almendrita, de Oso

¡Qué moderno me siento
cuando por Amazon recibo tu regalo!

Sin darle al tiempo un mínimo intervalo,
comienzo la lectura de inmediato
de esta edición que saciará mi sed
(por esta vez, ya tengo para rato)
y que, desde tu puerto marsellés,
me haces llegar por interpuesta vía
hasta el alejamiento de estos vientos,
en este mediodía.

Muy numerosas páginas me esperan
y la curiosidad aventurera,
que no requiere espuelas añadidas,
va a darme una energía a la medida.

(Se dice que este mundo es un pañuelo.
En alguna ocasión te contaré
la urdimbre coincidente de una red
que a ese proverbio sirve de modelo.)

martes, 20 de diciembre de 2016

FRÍO

La expresión elegida era FRÍO,
como el agua del río.
Elemental, sencillo,
aquel lance de críos, de chiquillos:
un jugador escondía una cosa,
y en encontrarla, el otro, 
cifraba su objetivo.

Era un tiempo sin prisas.
Exenta la ilusión de sinsabores,
poco era el llanto, frecuente, la risa
y en Navidad, las jornadas mejores.

Hace FRÍO este año. Los motivos
nada tienen de juego irreflexivo.
Lo achacan los prolíficos científicos
a ese cambio climático específico
que tornará poco a poco el Planeta
en un indescifrable jeroglífico.

Y, a mi propuesta de tomar café
(tantos años, sucesos ya pasados),
tu clásico y cortante "mejor, no"
es alto y FRÍO: un acantilado
que combaten las olas de este mar,
con este atalayero,
desolado y cansado de mirar.


lunes, 19 de diciembre de 2016

Libros, guerras y amores

Y que, en efecto, lo fue. (Al sábado me refiero, porque ayer no teníamos "la Magdalena para tafetanes".)
El argumento de "El editor de libros", refleja la personalidad tempestuosa y el estilo vital y literario del caudaloso Thomas Wolfe, con ambientación adecuada y pasajes de su obra tan encendidos como "podados" para la no sé si mejor pero desde luego más cómoda accesibilidad de los que fueron -- y son -- sus lectores.
Por otra parte, en "Hasta el último hombre", Mel Gibson se toma su tiempo con los antecedentes y preliminares que sitúan el caso del objetor de conciencia, antes de dar rienda suelta al realismo atroz de las escenas de guerra, con la sangre, seguramente necesaria, que le quedaba después de Braveheart y de aquella tremenda Pasión de Cristo.
Las guerras, aquí deberíamos tener memoria, se van forjando con líos y odios. Después son, terroríficamente, lo que son. Ayer y hoy.

A otro universo pertenece, por fortuna, la deliciosa canción "Porque queramos vernos" que, cerrando el reciente álbum de Vanesa Martín, es la enésima confirmación de su talento y de su honda, y a veces dulce, sensibilidad que, como en este caso, nos conmueve y nos rompe.

sábado, 17 de diciembre de 2016

Los nombres y el mostacho

EXCMO. AYUNTAMIENTO DE CÁDIZ
SIENDO ALCALDESA DE ESTA CIUDAD LA EXCMA. SRA.
DOÑA TEÓFILA MARTÍNEZ SAIZ
SE REHABILITÓ Y CONSTRUYÓ ESTE MERCADO CENTRAL DE ABASTOS
CÁDIZ A 9 DE DICIEMBRE DE 2009

De columnas estriadas, que ya no sé si aluden al Foro de Roma.
En los anchos pasillos centrales, veladores que surten los vecinos puestos del mercado. Gente, de vinos, de cañas, de tapas.
De un grupo de cuatro personas, un hombre de unos cincuenta años, quizá más, se me acerca y, tendiéndome la mano, me dice su nombre y asegura con admiración que un día se dejará crecer un mostacho como el mío.
-- Lo veremos, un día, contesto, digo mi nombre y con algo de aprensión...
...estrecho esa mano desconocida. ¿Qué otra cosa, si no?
Luego, recordando a Sheldon Cooper, en los servicios de un bar procedo a lavarme, descubriendo con serias dificultades el enrevesado mecanismo que abre los grifos, después de probar el de caballeros y el de señoras, por este respetuoso orden.
Antes, en el mercado, he tomado nota de la lápida conmemorativa. Y otro nombre me ilumina la tarde: el rótulo reza "Carnes y recova". Al lado, como una señal, ese nombre, igual al tuyo.

Sentado a la mesa de este café, en la terraza exterior que me expone al comportamiento independiente de los fumadores, con gafas y redactando las líneas de este "blog", casi parezco un escritor, mientras me observa un joven desde un cierro (de un tercer piso, palillería en la plaza de las Flores), de esos que, al decir de la abuela Clotilde, eran como un coche "parao".
Hay un cruce de nostalgias: de ti, de ella.
Al cine, que parece que va a ser buena "El editor de libros".

viernes, 16 de diciembre de 2016

Versos con 2 citas

Ceremonioso y cortés, un lector de este "blog" me envía estos VERSOS CON 2 CITAS que el Hipocampo reproduce considerando coincidencias que no le son ajenas:

Me indujo un espejismo a desearos
y la insatisfacción y el desengaño
hicieron su labor. Menos de un año,
para extinguir esta ficción de amaros.

La sugestión y el resplandor del fuego
pensé encontrar en vuestros atributos
y en cambio siento la ilusión de luto,
de un malogrado y creciente despego.

¿Acaso he confundido las señales?
¿Me llevaron los cantos de sirena
a ponerme yo mismo unas cadenas
de eslabones apenas musicales?

¿Será verdad, al cabo del camino,
que la estabilidad no fue mi fuerte,
que el polvo enamorado era mi suerte,
(como dijo Quevedo) y mi destino?

Cuando me paro a contemplar mi estado
Garcilaso, doliente, así escribía.
Yo también paso por la vida mía
como un alumno torpe y obstinado. 

jueves, 15 de diciembre de 2016

Reseña de un destierro

Cediendo a una de tantas intoxicaciones ideológicas, hemos llegado en estos años al destierro de las corbatas.
Seguramente todavía quedan en el desolado solar patrio, gentes de bien que recuerdan los tiempos en los que a los sufridos varones se nos concedía la posibilidad de vestir esa prenda que era de libre elección y que dejaba un margen a la fantasía personal, a la pequeña creatividad masculina, por más que las silenciosas mayorías optasen por corbatas de marcada discreción, que otros calificaríamos de adocenadas, aburridas y rutinarias: pero algo era.
Luego, cuando los rebeldes y los "oprimidos de la Tierra" decretaron que el adorno de referencia era un símbolo detestable y conservador a más no poder, propio de la "explotadora clase dominante", las corbatas han sido proscritas con sañuda vehemencia, y raro es el que se atreve a usarlas, no sea que lo llamen FACHA los vociferantes talibanes de la descalificación, con su talante ignorante y represor a cuestas.
De modo que, fuera de los del atuendo deportivo, del excéntrico y carnavalesco de las diversas tribus urbanas, o del de los tardohippies con su ensoñadora psicodelia, quedan los descamisados, ufanos unos de su rojerío; otros, los del complejo, acobardados en sus clandestinas madrigueras, o casi catecúmenos sobrevenidos y neoconversos de taberna/"tablao" castizo, trasnochón y populachero, que no se diga que no saben estar en el "desgarro" y la conciencia de la clase obrera.
O sea, te lo juro por Zapeando, un postizo y no digerido corte de mangas a la que fue disculpable y decorosa vanidad y ahora se queda en residual y, dentro del contexto, arriesgada señal de mínima independencia.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

El género epistolar

Con un tonito de superioridad melosa y condescendiente, le escribes a tu "compañero del alma, compañero" la jerárquica advertencia o admonición que busca solaparse entre elogios proferidos con la boca grande o chica, según se mire, y que no ha tardado en provocar con motivo la hilaridad de los que no se dejarán convencer por vuestras compartidas perfidias de áspid, por las envolventes redes de araña injertada en gladiador, con las que no es improbable que acabéis a farolazos, víctimas (también vosotros, no faltaría más) de las tentaciones del poder, omnímodo o fingidamente moderado que sea.
El paternalismo presuntuoso y pseudodidáctico que emana de esas líneas cercanas al ridículo de unos juegos florales a lo Victoria's Secret, tiene un aire fantástico y sentimentaloide que nadie diría propio del beligerante espíritu revolucionario que a ambos os distingue. Que a ambos os aqueja.
Con interminable fruición, hay que reseñar y celebrar este nuevo y singular "numerito" que sin duda os va a hacer merecedores, cuándo no, de la bobería y del "candelabro" en nuestras miríficas televisiones.
Enhorabuena, fantasmas. 

martes, 13 de diciembre de 2016

La trampa

Subir los impuestos.
Y luego conceder más margen de despilfarro a los gobiernos regionales para cebar su insaciable voracidad (porque ellos son la base indispensable para el despelote vigente).
Gravar a las empresas con cotizaciones más altas a la obligatoria Seguridad Social (aunque está clara su inminente quiebra), como consecuencia de una subida de salarios más que necesaria, pero que de modo infalible se repercutirá, y con clásicos y desvergonzados "redondeos", en los precios a los consumidores (que somos todos).
Mantener e incluso fomentar la mayor parte del gasto de las distintas administraciones, repletas de funcionarios sobrantes, porque ahí va el conchabeo superlativo de los parásitos.
Todo eso con el calendario a rebosar de festejos nacionales y locales, puentes y macropuentes, y absentismo laboral puro y duro: o sea, un prodigio de rendimiento y productividad.
Nos hemos vuelto locos. Los celadores del manicomio, y los pacientes -- nunca mejor dicho -- que seguimos cayendo en su trampa.

viernes, 9 de diciembre de 2016

Maniobras inservibles

La blandura, la cobardía con la que el Gobierno (con mayor o menor apoyo de sus compinches, incluso con las presiones y variadas complacencias de la peor izquierda) va cediendo paso a paso en sus "diálogos" y "negociaciones" con los políticos separatistas, será inútil.
Y muy perjudiciales los gestos de favoritismo; la humillante tolerancia con los cientos de desplantes que a nuestros valores, símbolos y propósitos compartidos de convivencia y democrática igualdad, a un ritmo creciente y de permanente provocación, contemplamos a diario.
Para rendirse ante la extorsión, no es necesaria tan completa porquería.

jueves, 8 de diciembre de 2016

Inventario

Vamos rodeándonos de cosas, coleccionándolas, acumulándolas: libros, discos, instrumentos para hacer música y artilugios para escucharla. Enseres varios.
Cuadros que nos gustaron. Armas blancas que no nos resistimos a comprar: sólo por la estética. Plantas para el jardín.
Alguna joya (eso incluye los vehículos). Electrodomésticos (eso incluye el receptor de televisión).
Licores, ahora abandonados testigos de un pasado suspendido para el Tiempo, en sus estanterías.
Espejos, lámparas, muebles personalizados. Teléfonos, "plegables y plegablitos".
Fotografías para los recuerdos.

¿Así pesaba (y estorbaba) la impedimenta de las Legiones de Roma?
Cosas. Complacientes para el capricho. Soluciones, a veces, para la comodidad.
Para la soledad, nunca.

-- Ya te veo.
-- ¿Tú también?
-- Ni te cuento. 


miércoles, 7 de diciembre de 2016

Una de opciones

El ruido va llegando a la elección de los regalos/juguetes de Navidad, a las tertulias en los medios de difusión (o confusión), en las que "especialistas" en número casi infinito nos ilustran con sus sabios pareceres.
¿Hay sexismo en ese asunto?
Se ve que somos la sociedad del bienestar y que, entre tantos problemas, también puede quitarnos el sueño esa cuestión con sus matices y pormenores.
Modestamente, quizá olvidamos el trasfondo hormonal que condiciona las inclinaciones y pulsiones, no siempre inducidas, de los mamíferos y las mamíferas, tan empeñados y empeñadas en buscarle tres pies al gato y a la gata.
Algunos llaman ingeniería genética a esta tendencia; otros, ganas de enredar, revisionismo a todo meter, incluso delirio. O también equidad en la distribución. No sé.
A lo mejor el mundo da la vuelta; y si más adelante da otra, se queda más o menos lo mismo.
En el entremientras, ¿podríamos regalar libros, instrumentos musicales, útiles de dibujo, un ajedrez?
¿Eliminarían esas opciones toda o parte de la devastadora preocupación enunciada?

martes, 6 de diciembre de 2016

Peor me lo pones

De lamentable evidencia puede calificarse el hecho de que el pueblo de Madrid ha sido gradualmente llevado a una domesticada mansedumbre.
Un proceso que amolda como dócil rebaño a un personal anestesiado o drogado con la fascinación del estadio, los botellones, el cotilleo rosa o político, la televisión que todo lo frivoliza y enrasa, la consumista inundación de los "móviles", etc.
De ese modo, los ciudadanos de la Villa y Corte apenas expresan su lógico escozor por las incomodidades y atropellos que les causa la gestión de sus regidores municipales (arbitraria, caprichosa de disparatados experimentos, frecuente de sectaria ideología).
Una cosa con otra, un zarandeo con el siguiente, es imposible a estas alturas reconocer en los madrileños a las mismas gentes que le pusieron las peras al cuarto a Esquilache; o a las tropas de Napoleón, cuando aquello del 2 de Mayo.
De vergüenza.

-- ¿Y no te parece que es lo mismo por toda España?
-- Peor me lo pones.

lunes, 5 de diciembre de 2016

"Los últimos de Filipinas"

Infestada de mofas disolventes, la época actual suele ridiculizar los valores que en otros tiempos han ennoblecido a las personas; antes bien, cualquier clase de decencia parece estar singularmente perseguida.
Unido eso a la condición, con frecuencia pedestre, cuando no vulgar, de un cine español que ahora abunda, financiado por las televisiones y otros diversos organismos, he asistido con cautela a "Los últimos de Filipinas", y más por la nostalgia de una ambientación y unos uniformes en cuya elección  parece que se ha tenido cierto rigor.
Se ve que producción con presupuesto de lujo, las localizaciones son hermosas al punto de hacernos recordar "La misión". El reparto cumple y las actitudes de los personajes no son inverosímiles.
Es difícil imaginar lo que llegaron a pensar, a sentir aquellos hombres. Con ese trasfondo de tunantes trapicheos y derrapes del Gobierno de turno (qué raro). Con la depresión nacional que quizá no se llegó a remontar nunca; el ancho y hondo pesimismo que cundió como consecuencia del desmoronamiento de los restos del Imperio. Y la eterna polémica sobre las bondades y las maldades de toda situación colonial.
Pero sobre todo, las miradas de hoy sólo pueden leer con desconocimiento, incomprensión y cierta tendencia a falsear lo ocurrido, los hechos de un tiempo que nos resulta (y más, a la trepidante velocidad de los cambios presentes) por completo extraordinario.

domingo, 4 de diciembre de 2016

Patricia Kopatchinskaja

El encanto de la moderación anduvo ausente ayer en la ejecución, por otra parte excelente, de esta violinista en los Conciertos de la 2.
A los pies descalzos, que ya son ganas, se sumaba el alarde de una banderita "arco iris" sobre el apoyabarba, que suponemos da fe de la condición sexual o la militancia de la joven solista, y cuya simbólica declaración era cuando menos innecesaria.
A medida que se fue soltando, empezaron las "caritas" (como esos "iconos" tontorrones que han cundido desde Internet), la mímica creciente hasta un cierto paroxismo contorsionista, arriesgadamente próximo al ridículo, que tuvo sus más brillantes cimas cuando decidió las "propinas", en este caso más bien tomaduras de pelo, de las brevísimas y descoyuntadas intervenciones finales, en las que la dejó ingresar en solitario la discreta prudencia del director de la Orquesta.
Una ovación larga y nutridísima de parte del público premió, y quizá amnistió a la vez, la cara y la cruz de esta asombrosa y, por lo que hemos descrito, desconcertante actuación. 

sábado, 3 de diciembre de 2016

La gran temporada

Verde el mar y gris el cielo.
Las palmeras,
ni saben cómo ponerse
entre tanta ventolera.
Temporales del invierno
con tornados incluidos
hacia Palos de Moguer.
¡Joder!

Y nos quieren embaucar
como si fuésemos lelos
con el cínico camelo
de que no deben tomarse
bebidas azucaradas
"malas para la salud".
¡Semejante carajada
mientras que la juventud
-- y el Gobierno bien lo sabe --
insiste en las borracheras
en presurosa carrera,
más que el AVE.

Mas no hay porqué preocuparse:
es sólo cuestión de precios,
de amoldarse
a esta conjura de necios.

viernes, 2 de diciembre de 2016

El anillo

Leyenda o historia verídica que sea, se cuenta cómo, cuando después de una espléndida y quizá agotadora fiesta, Malik Tamur (rey de lo que en cierta época fue el Jerez de la España musulmana) se fue a dormir, su mujer, la reina Sulayma, ya a solas, se entregó a Al-Mutamid quien, a la sazón, reinaba en la simultánea Sevilla.
Al amanecer, tras unos amores que bien podemos imaginar tan inspirados como fogosos, la reina regaló a su amante un precioso anillo de pedrería costosísima y de diseño (que decimos ahora) extraordinario y depurado, como muestra de una gratitud que, a los ojos de su conquistador, más que satisfecho, nunca habría sido necesaria.
Porque ¿qué otro premio, qué dicha mejor que las caricias y la entrega de la mujer con la que soñamos, y que es el motivo de nuestro deseo y nuestra adoración?

jueves, 1 de diciembre de 2016

De urgencia

La subida de impuestos al alcohol, al tabaco y ahora ¡a los refrescos!
Aquestos otros REfrescos sobre todas las cosas, que nos sodomizan con sus normas de galopante expolio, de tributos excesivos que luego tan discutiblemente se emplean, de ferocísimo zamarreo fiscal...
son los mismos que no quieren, faltaría más, cortar por lo sano la hemorragia desvergonzada e indecente de los gastos en las comunidades autónomas, y en todas las escalonadas instancias en las que los ciudadanos se ven obligados a "apoquinar" una brutal parte del producto de su trabajo. Cuando lo tienen.
Verdad que habrá que modificar la Constitución: especialmente para extirpar la lacra del clientelismo político, la epidemia insaciable de los enchufados y toda esa dañina cáfila de trincones sobrantes.
Deberíamos ponernos a ello. De urgencia.