domingo, 20 de noviembre de 2016

Al Hipocampo, viendo llover por su playa

Abundante la lluvia te rodea
como si hiciera falta más marea
para corroborar tu condición,
tu destino, tu temple gondolero
en ese singular amarradero
de cuyo acuario eres anfitrión.

Y un viento racheado
completa con sus bravuconerías
la complicada meteorología
que el día de hoy te trajo incontinente:
oleaje al cuadrado,
encrespado encarecidamente.

Dicen que, en cambio, para el campo es bueno;
que, con pantanos llenos, no hay sequía,
como quizá la habría de otro modo.
Conque venga alegría
y un cierto desenfreno,
que a gusto nunca llueve para todos.

1 comentario:

  1. Cualquier climatología (sin abusar ��) tiene belleza. Veía en el jardín mi vulnerable limonero vapuleado por el levante y no podía retirar mi vista, entre fascinada e inquieta.
    Un beso, poeta

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