miércoles, 12 de octubre de 2016

Los venenosos envenenados

han tenido hoy motivos para su frustración y sus rencores.
Porque la Fiesta Nacional del 12 de octubre, a pesar de esa lluvia inoportuna y prevista, se ha celebrado "como Dios manda".
Sí, mis dilectos ateos, mis zafios burlones sin respeto, toda esa gentuza variada, cuya ocupación principal es demoler, destruir, sin nada mejor a cambio. Lo vuestro es sembrar y fomentar la podredumbre porque ella os fortalece.
Pero los muchos problemas que nos rodean no se van a solucionar con vuestro encono, reiterado y disolvente; ni con la demagogia que disfraza unos fines muy opuestos a vuestra realidad disgregadora.
Abundáis en ignorancia. O en mala fe y peores propósitos: una mezcla de cuidado.
Mientras, nuestra Bandera y nuestro Himno han vuelto a mostrar toda su hermosura.

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