viernes, 3 de junio de 2016

Te veo bailar

A finales de los años 70 (Dios, cómo ha pasado el tiempo), e inspirado en aquellas modelos de Romero de Torres cuyo museo visité en Córdoba más de una vez, compuse una canción que, andando el tiempo, me estrenaría Manolo Galván, con su recia y característica voz. Si lo recuerdo bien, la grabamos en el estudio de Luis Cobos. El arreglo era de Alejandro Monroy y un joven flamenco (de la troupe de Felipe Campuzano, a la sazón) fue el airoso ejecutante del solo de guitarra.
El origen y lo distante de la evocación deberían ponerla a salvo de toda censura. Decía así el texto:

Te veo bailar, 
tu forma me parece
un ánfora transida de misterio.
Te veo bailar: 
tus manos van trenzando
delirios exquisitos de arabesco;
te veo bailar 
y de tu mantoncillo
se escapa un aquelarre entre los flecos.
Te veo bailar 
y, estando tan lejanos,
no sé qué me convoca de tu aliento.

Te veo bailar; 
más tarde, entre mis brazos,
serás mi compañera en el silencio
y callarás 
las cosas que has pensado
después de satisfechos los deseos.
Te veo bailar. 
Tú y yo somos amigos
en un sentido libre y verdadero
y sé que aquí 
la simpatía enlaza
tu oído y mis palabras con un sello. 

3 comentarios:

  1. Bella letra, Rodrigo. Me he quedado con ganas de escuchar la canción, que no conozco.

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  2. "Somos amigos en un sentido libre y verdadero...." Qué bonito sentimiento.

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