miércoles, 30 de marzo de 2016

Resucitado

Porque precisamente se ha hecho reseña aquí del desmesurado nivel de saturación de filmes bíblicos, que nos han suministrado días atrás, corresponde con más rigor resaltar la maestría de esta nueva recreación de un relato cuya hermosura queda a salvo de las controversias, de la mayor o menor verdad que en las Escrituras, de todo tipo, se haya vertido a lo largo de la Historia, incluyendo apologías y manipulaciones, puntos de vista favorables y contrarios, versiones, estudios, etc., como para surtir a tirios y troyanos.
Las jornadas de la crucifixión y posteriores y las apariciones de Cristo resucitado. He ahí el tema.
El reparto da muy bien la talla, la fotografía e incluso la previsible ambientación se agradecen, dentro de una estética sobria y eficaz.
Y por esta vez, esquivando la perspectiva de otros intérpretes que compusieron el personaje de Cristo con dosis variables de dramatismo, sangre y mística, el actor que ahora lo encarna incorpora una expresión de sabia bondad sonriente que da gusto. 
Que un argumento tan conocido logre provocar momentos de emoción es una estupenda señal.  

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