lunes, 22 de febrero de 2016

De la frescura rampante y otros atrevimientos

Hay que tener toneladas de jeta
para pedir sin mayor parpadeo
que quien venció, ante ti se someta
y te bendiga el mendaz cachondeo.
Hay que ser cínico, asaz caradura,
para cocer ese sucio chantaje:
-- O me regalas esta investidura
o pactaré con el soviet salvaje.
(Mientras proclamas la burda mentira
de que es el otro el que impide el gobierno,
tañendo con tu lira
tu canción tonta de falso "moerno".)

Y encima un porcentaje
del personal ignaro y maleable
te compra la averiada mercancía,
el caldo rancio y el turbio potaje,
la cháchara vacía
de ese cuento con rostro de cemento
y de añejos rencores miserables.

¿Se volverá en España a la cordura,
a la decencia, al camino modoso,
cuando paguemos todos la factura
de mamoneo tal y tan pringoso?

1 comentario:

  1. España: Dícese de aquel país en que no cabía un jeta más

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