viernes, 14 de agosto de 2015

¿Alguien diría?



Un Chardonnay conmigo, nada menos que de Anna; un beso dulce en la profunda y satinada paz entre tus senos (eso que los más flamencos estudiosos de la anatomía llaman “canalillo”).
Algo de música, al fondo, suave.
No decidir, no exigirnos, no…
… porque ni tú ni yo somos la propiedad de nadie.
¿Un poco de jamón? ¿Ibérico? ¿Al horno? Y colines crujientes, de modoso y educado acompañamiento.
¿Unos marron glacés, más besos?
(¿Alguien diría que éstas son inoportunas sugerencias, que quedan como anacrónicos, delicados deleites, cosas que ya “no se llevan”?)

1 comentario:

  1. Si esto te hace feliz, adelante. Te deseo lo mejor. Pero a la reina de tú corazón, (si sigues pensándolo), le duelen mucho las cosas, sobre todo las coletillas, son innecesarias.

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