sábado, 4 de julio de 2015

Publio Cornelio Lugones



Es psiquiatra y argentino, que casi queda en pleonasmo.
Mi amistad con él comenzó el siglo pasado, en la época en que yo me desvivía en un candente affaire de naturaleza predominantemente sensual, con una prima lejana suya, cantante de origen británico.
De vez en cuando, todavía seguimos conversando por teléfono (reside en USA) y nos contamos algunas anécdotas o comentamos cosas del frívolo presente.
En estos días, le he pedido su opinión profesional sobre la curiosa actitud que la Srta. Villa ha adoptado con el reciente asunto del “chiste” de presunto humor negro. Él (todo se riega por Internet) ya había seguido la noticia y, entre singulares referencias, me ha señalado ciertas variedades exóticas del síndrome de Estocolmo y otras sintomatologías sofisticadísimas y por demás alambicadas.
Después de nuestra charla, la neurona de turno me subrayó el refrán de que va a ser que sarna con gusto, no pica. Por más que me pareciera una opción “heavy”, la cosa se puede complicar con la hipotética inversión de otro refrán que apuntaría a los casos en que se paga la penitencia antes de cometer el pecado.
Como suele afirmar la Pedroche (cuando por la Sexta asoma sus hermosas hechuras de bombón suculento), eso es así, y los pimientos, “asaos”.

Casualmente, el ocurrente divulgador del “chiste” acaba de rasurarse la amplia barba de talibán que venía usando, para mayor despejo municipal o no vaya a ser que lo reconozcan sin dificultad los insatisfechos.  

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