martes, 30 de junio de 2015

De ayer llevo conmigo



Verte de nuevo, tantos años después. Casi cumplir al pie de la letra aquella “Nostalgia en el taxi”, aquellos versos semiproféticos del encuentro que hoy, ante mí, lees con la cara inclinada, oculta a medias por tus gafas y el cabello, rubio entrecano ahora, de leve aire profesoral, vagas pinceladas de la Foster, de la Sarandon.
Siempre sé que no sois tan hermosas como lo he querido en mis recuerdos; tan lindas como nuestro amor os hacía; y, claro, ya no tan jóvenes. (Por cierto, ¿qué pensarás de mí? ¿Cuánto deterioro, cuántas arrugas, en mi presente aspecto de veterano “hippie”, de “curado” Buffalo Bill?)
Vuelvo a tener la sensación (esta sí, igual a la primera) de cuando te conocí: que eres de talla poco más que menuda. Pero luego, aquel magnífico asombro de tus crecidas, crecientes proporciones de diosa, cuando desnuda, gloriosa, sonriente, triunfabas sobre mí, mientras me llevabas al cielo de tu amor, de la felicidad, de la tierna broma de decirme que yo me “aferraba” a mi lado de la cama para dormir, envuelto en el sonido grave y acariciador de tu “bona nit”, en el aroma guapo de tu sudor, de tu licor de amor, de tu agua de jara.
¿Podré esperar de ti que nunca más te pierda?
¿Podré soñar que (cuando no aguantes más la rutina, las comodidades del “todo realizado, todo hecho”) vas a llamarme para escuchar las fantasías o las hipérboles, todavía exaltadas, que se me ocurran?
¿Que vas a tocar de nuevo mis párpados con tus dedos derechitos, mientras me nombras con algo parecido a “querido búho”?
¿Que vas a tomarme y a decirme después “¡anda que no te quiero nada...!”?
¿Continuaré pensando en ti los siguientes 21 años, en tanto que un viento, no muy loco, va barriendo las hojas interminables de los calendarios?
De ayer llevo conmigo: cuatro o cinco de tus abrazos contundentes; el recobrado color de tus ojos pensadores; el tacto de tus mejillas en mis labios que te besaron; la tentación de cientos de acordes para como siempre seguir echándote de menos, Fiona.

(Cumplen estas líneas nada menos que once años, en estas fechas próximas de julio. Son las que me quedaban por ofreceros, de la selección incluida en el libro “La primera vez…”
Se desvanece el tiempo, como en velocísima caída libre y, no obstante, cómo pesa cuando sentimos cómo pasó y cuánto amor ha sido incomprendido, desdeñado.)  

lunes, 29 de junio de 2015

El proceder de Ulises



Que seas un “listo”, no nos obliga a ser tontos por tiempo indefinido. Atiende.
Vamos a suponer que te hace mucha gracia engatusar a tu gente, prometerle el oro y el moro (cosa que todos sabemos de imposible cumplimiento) de las ilusiones y las gangas y que, con esas mañas tramposas, te dan el mando.
Luego, vas y tomas ejemplo del proceder de Ulises, que recurría a la mezquindad del engaño, a la astucia de las alimañas y los carroñeros, estilo tan impropio de aquellos legendarios tiempos de nobleza y valor que tu paisano Homero relataba.
Y ahora, para rematar las marrullerías, quieres soliviantar al personal con bravuconadas de chuleta del barrio y echarle encima el muerto de pronunciarse para blindar tu cobardía y un patinazo que se veía venir.
Tienes toda la pinta de ser un jeta, más o menos como los que al parecer te han precedido.
Y, una cosa con otra, se os han ido fiando cientos de miles de millones que, de seguro, se han ido en bolsillos de particulares y en “festejos” como, por lo visto, menos IVA que nosotros y más pensiones que nosotros; pero con el dinero que a nosotros nunca nos sobra.
Con ese “divertidísimo” tobogán, has terminado como los argentinos: con una bandera blanca y azul y un corralito. Enhorabuena, fresco.

Post scriptum: como estamos en el siglo XXI, cualquiera te dirá que no parece buena idea conducir un país como si fuese un carromato bohemio de zíngaros; y puede que el ruso te entreabra la puerta, pero te va a enseñar lo que vale un peine.

domingo, 28 de junio de 2015

Según los meteorólogos,



es la primera de esta temporada oficial. La llaman ola de calor, y consiste en esa jugarreta del Destino que te hace blasfemar con entusiasmo y que te sitúa al borde mismo de la muerte por desesperación y enojo.
De modo inconcebible, tomando el sol en la playa, hay masoquistas aguerridos como conquistadores extremeños, como feroces mercenarios almogávares de Roger de Flor, aficionados a la insolación y al cáncer de piel, de cuya inteligencia y sensatez hay que experimentar inevitables y profundísimas dudas.
Ante mí mismo, me he negado a cualquier compromiso (esa palabra tan favorita de las compañeras sentimentales), a cualquier disciplina, a cualquier responsabilidad. No me pego un tiro en la sien porque en casa no hay armas de fuego.
He cruzado la avenida, sintiendo sobre mi desgraciado cuerpo el peso del mundo y la fragua de Vulcano, y me he puesto en las manos restauradoras de los cocineros de Manguita, quienes han tenido la gentileza de coronar su proverbial sabiduría en el tratamiento de los pescados de Cádiz, ¡con un tocinito de cielo!
Ahora, siesta y Fujitsu.

sábado, 27 de junio de 2015

Una Historia indigestada



y algún que otro complejo de inferioridad, con los que andan tarados tus numerosos detractores, no les permiten comprender que igual que no te mereces una preeminencia, por ser heredada, tampoco eres culpable de tu nacimiento.
Yo, al cabo de este primer año, te sigo viendo discreto y descafeinado. Como procurando no hacer cosas con las que ganarte enemistades, cumpliendo y soñando con que este gallinero tendrá arreglo.
No me termina de satisfacer tu estilo, puede que por acorde con esta devaluada época, pero no se me ocurriría, desde luego, la mofa del hortera ese que, agazapado bajo las leyes del Reino de España (a las que precisamente debe ventajas, cargo y sueldo), las incumple con sus insolentes ordinarieces y sus casposos gestos burlones.
Acaso entiendes como responsabilidad tuya, y te honraría, cargar con el fardo impresentable de la mala educación de los energúmenos que te abuchean y te escarnecen.
Porque teniendo, como tienes, tus niñas rubias y guapas, tu asturiana que, aunque no sea de sangre azul, te da un buen avío, y tu dinero disponible, yo me largaría de aquí incluso antes de que la horda se permitiese presumir de echarme, y dejaría que, aun pagando justos por pecadores, todo este desagradecido y cerril cotarro se fuera al carajo, ya que es lo que quiere la chusma y lo que consienten con su inactiva y mísera apatía muchos de los demás.

viernes, 26 de junio de 2015

El niño 44



Se supone que una “peli” cumple si nos afecta, si nos deja una cierta cantidad de impacto.
Pues bien, después de los anticipos (trailers) de dos o tres “ocurrentes” gansadas españolas, repletas de chabacanerías y con un promedio de tres palabrotas por frase, proyectaron “El niño 44”.
El sombrío espesor de esta cinta la vuelve suficientemente ominosa como para que sea insignificante el intento regenerador y remotamente esperanzado que se quiere transmitir en las últimas secuencias, como para lavar algo de todo el espanto precedente.
Y lo que sí desanima y aterra es que durante décadas se aplaudiera y propusiera, como ejemplo a extender/imponer, el infierno soviético; y que siga habiendo todavía, cuando es imposible ya soslayar su fracaso y su daño, gente enloquecida a la que encantaría la resurrección de ese funesto y envenenado diseño del mundo.
Para los espectadores más aficionados a otro tipo de monstruos, figura en la cartelera “Mundo Jurásico”, a la que han dejado el título en inglés, idiotez que tampoco hace una obra de arte mayor de esta entrega de dinosaurios y, como se decía antaño, animales antediluvianos. La chica tiene aspecto de pepona y el cachas queda valeroso, como siempre, aunque hondamente anodino. No hay necesidad de más cine así, tan gris a pesar del despliegue técnico, trucos y efectos.