viernes, 8 de mayo de 2015

La vertiente galante



Crónicas modestas o apuntes, estas redacciones que, andando el tiempo, van ahora haciéndose relativamente públicas a través de este blog del Hipocampo, quizá tengan un esqueleto al que no le falta la vertiente galante.
De ella, y de la selección de ese libro que recientemente y alguna vez ya se ha nombrado aquí, hoy quedan estas distantes frases de

Las vueltas de la vida

¿Quién nos iba a decir, tantos años atrás, que guerras, tiempo, canciones entreverarían de distancia nuestras vidas?
¿Quién creería que tu huella en mi memoria y en mi deseo, aquella tarde cosquillosa, podría perdurar de tal manera?
¿Quién iba a pronosticarme que un día sería real el placer que ahora me das, desnuda junto a mí en el lecho, la más complaciente y apasionada, caliente y perfumada favorita de mi improbable harén?
¿Y quién diría que todo ocurre (con mi corazón veterano todavía al galope, Alá es grande) en el secreto asombrado y la sombra buena y dulce de nuestras tardes de hotel, de nuestro ensimismado, y tan fogoso, silencio compartido?

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