miércoles, 1 de abril de 2015

Estamos contigo



(Porque esta reflexión de 2004 conserva cierta validez, se reproduce aquí. Aunque el tiempo traería sus implacables mudanzas y sus bandazos.)

Paréceme, Pepe, por los datos que poco a poco van llegando, que obras bien.
En estos tiempos en que los caballeros con frecuencia son dados a la afición, la vocación e incluso la profesión de cornudos consentidos, poner pies en pared, como tú con sabiduría y prudencia has hecho, no es sino cosa de hombres de respeto.
Ahora que muchas de las damas son casi cualquier cosa menos ésa y andan tan escasas de ropa como de vergüenza, ponerle a tu consorte las peras al cuarto, como tú vas haciendo, no es sino clarificar oportunamente posiciones y que se le dé a Dios lo que es de Dios, y al césar, lo que..., etc.
Pepe, bueno sería, con haberte dejado la mitad de tu cuantiosa fortuna en el peaje inevitable y previo; con haber pasado por el aro administrativo y comprometedor de los juzgados; y ahora, superados al parecer los amagos, las esperas, los pulsos quizá del camuflado regateo, o de las nuevas capitulaciones, encauzadas en principio las aguas, sufragando pródigamente cuantos gastos ocasione la tribu entera, asegurando horizontes, blindando futuros que algo más tienen de ajenos que de propios, bueno sería, digo, que lo que por amor fuera adecuado y hasta se debiera, no se hiciese ni siquiera por agradecimiento.
Estamos contigo y no con el roneo que tanto se lleva.
Que la belleza que ahora por tantos títulos (el amor, la economía, el requisito social formalista e integrador) te pertenece, permanezca como el buen paño (y más aún, tan en el arca que ya no haya que venderlo más, chapeau), bien cortado en elegantes, discretos, sobrios trajes de chaqueta y en amortiguados, decrecientes bullicios de la prensa y medios difusores “ad hoc”.
Y que chillen y/o revienten las hienas de la envidia, los vampiros de la demagogia que con indisimulado atrevimiento pretenden vivir para siempre de la sangre ajena, de las víctimas minuciosamente despellejadas.

Pepe, estamos contigo en esto de poner orden y filtros contra las demasías. 

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