jueves, 30 de abril de 2015

Russell Crowe



Una cosa con otra, la carrera cinematográfica de este actor hilvana un puñado considerable de cintas convincentes, estupendas.
Y como tiene esa cara de buena gente, suelen encargarle la interpretación de personajes como a medida, en los que puede lucir talento, oficio y apostura. Y ahí se las den todas.
Conque en “El maestro del agua” vuelve a bordar, sin esfuerzo y con la sobria impecabilidad de costumbre, el papel de protagonista, con un interesante argumento que, de paso, nos proporciona una aproximación guapa al encanto de ese Oriente cuyas señales se diría a veces que se acercan; cuya belleza y misteriosa sugestión terminarán por “poner sitio a las altas torres de nuestra honestidad”.
Cine bien hecho (resto del elenco, ambientación, música, interiores), un gustazo.

miércoles, 29 de abril de 2015

Esnobismo o antojo



de sus padres que fuera a la hora de elegir un nombre para ella, el caso es que le quedaba demasiado francés, si había que adaptarlo a aquella grupa, a aquel color de piel, a aquel cabello recio de cimarrona, de quién sabe qué cocktail de razas entremezcladas.
A la salida del hotel que había al lado de la que era mi casa, un cruce de miradas con suave desafío, un comentario, cosa insólita, y mínimamente audaz de mi parte, y, de la suya, la gracia que dijo hacerle la sal y pimienta de mi pelo y mi barba.
La tardenoche siguiente subió a mi piso; y la siguiente. Para desvanecerse luego en una definitiva, inexplicable, innecesaria huída o regreso a sus quizá comprometidos lares.
Yo ya llevaba muchos años de mi entonces todavía joven vida, consolándome las nostalgias de los abandonos con canciones que escribía, como ésta (en la tonalidad de fa mayor), inédita hasta ahora que el Hipocampo la estrena:

Después de que te fuiste, tomé una ducha breve
y un cubalibre más; desde la galería,
con una luna grande, amarillenta y baja
y un brillo de luceros de fina joyería.
(Tu piel, neta y oscura, de sabor ancestral,
debajo de la mía, urbana y cerebral…)

Que tengas buen viaje de Madrid a Nueva York;
ni a ti ni a mí nos gusta el protocolo.
Rimando los recuerdos y mimado por el ron,
hay noches que me siento menos solo.

Tu cuerpo generoso y fuerte y decidido,
opuesto al sigiloso y hábil tacto del mío.
Vencidos los deseos, me acuerdo del piano.
la despedida, corta: nos besamos las manos…
La última sonrisa: adiós, que tengas suerte;
dormiré casi bien, pese al calor tan fuerte…

Que tengas buen viaje…

(Nota del Hipocampo: el relato parece verídico. Todo apunta a un suceso que pudiera haber ocurrido en cierta ajetreada década sentimental que casi arrebató al autor tal como en las Escrituras se afirma del carro de fuego o torbellino, con el profeta Elías.)

martes, 28 de abril de 2015

RARA AVIS



Mientras los vendavales del consumo atronaban el espacio, allá por 1967(y estos vendavales no cesan), milagrosamente Procol Harum proclamó con elegancia y arte su mentís y obtuvo (ante nuestro asombro y con indiscutibles merecimientos) ese respaldo mundial que no suele estar a la altura de las circunstancias.
Pero además de la “Blanca Palidez”, escribió hermosísimas, exclusivas y poéticas canciones de lujo que ya pasaron bastante desapercibidas para las mayorías, siempre ingratas y perezosas en sostener el listón, para una vez que lo habían conseguido.

Como una planta exótica, como una rara avis en medio de una selva de rutinas, ese grupo, junto con the Byrds (o the Beatles en otro muy superior nivel de popularidad y éxitos) dejaron en su momento la resplandeciente y sugestiva estela de las cosas bien hechas, la demostración palmaria de que “lo cortés no quita lo valiente”.

Quizá los tres grupos citados suponen las cimas del refinamiento, la intención sabia y el virtuosismo dentro de la música de rock popular moderna y son acaso, de camino, el fino termómetro que podría medir, según a quién, la sensibilidad o la sordera, la barbarie o la civilización.

Ahora tenemos, en cambio, el pasmo de contemplar a unas cuantas agrupaciones indistinguibles de chavales del “insti”, suelen ir de cinco en cinco, que ya se han creído artistas aunque son la evidencia de la nula originalidad, de la inspiración ausente y del soso adocenamiento de una industria que revive, con el respaldo arrasador de la telefonía, su mediocridad y sus peores miserias.
¿Remontaremos este páramo de decadencias?

lunes, 27 de abril de 2015

Creo que no exageramos



afirmando que puede calificarse de escandaloso y criminal el estado del asfalto en la carretera que tenemos que transitar para ir desde Chiclana de la Frontera hasta Cádiz.

Incontables destrozos van sembrando todo el recorrido de profundos y extensos “desconchones”, o como quiera que se llamen, tan frecuentes y hondos ya, que se ve a los usuarios intentando esquivarlos y aumentando así considerablemente el peligro de accidente y colisiones.

FOMENTO, OBRAS PÚBLICAS, la JUNTA, en fin, el estamento correspondiente está “pasando” del asunto con olímpico desdén.

Y si consideramos la casi universal desfachatez con la que se nos desgobierna y roba, y los precios galopantes de las cosas, como la gasolina y el gasoil, si recordamos el rigor implacable con el que la DGT nos multa y exprime…

…quizá resulta hipócrita esa recomendación de que no le deseemos mal a nadie.

domingo, 26 de abril de 2015

Antiguas y muy rigurosas calabazas



Fueron mi soledad y mi deseo
que me hicieron soñar que bailarían
una danza de amor tus grandes senos
muy cerca de mi cara.

Y que, en la cara interna
de tus hermosos muslos de matrona
lusitana y madura,
yo iba a lamer la sal desconocida
para una nueva vida.

Sólo sueños de amor cerca del mar,
que no esperaban ni tus modos duros
ni ese estilo
de, aunque amistosa, mula militar.

¿Comprenderé que ya no están de moda
las jugadas de alfil,
los poetas, las torres de marfil,
el fino galanteo de los versos,
las canciones con coda?

En Cádiz y Chiclana.
Se nos vino el levante,
13 de un julio, seis de la mañana.