domingo, 30 de noviembre de 2014

¿Desmontar un mito?



El Hipocampo, como ser acuático, tiene su punto de vista, quizá no compartido por las mayorías silenciosas o ruidosas, a las cuales, no obstante, invita con cortesía a una sencilla reflexión:
De todos es sabido el extraordinario predicamento del que gozan las angulas: que si manjar, que si esto y que si aquello.
También conoce cualquiera los ingredientes interesantísimos a la par que básicos, elementales, con los que suele prepararse esa receta mágica: aceite de oliva, ajo, guindilla, se supone que sal. Y es de cajón imaginar el recipiente tradicional, la cazuelita de barro.
Y ahora, sugerimos desde este rincón que prueben Vuesas Mercedes a preparar de igual modo unos gambones, gambas, langostinos, incluso unos delicados filetes de sirena. Sin ir más lejos.
Y que luego, descartando inercias, complejos, leyendas bobas, ortodoxias inapelables, etc., confiesen sin rubor que la angula, de por sí, es un animalito bastante insípido, inocentón, además de su escaso tamaño, y que perdería cualquier pulso (de sabor propio, que lo otro es el añadido de la fórmula) con los otros que, por ejemplo, aquí se han citado.

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