jueves, 3 de julio de 2014

Ovación y vuelta al ruedo



Lo recibió a puerta gayola. Cosa que agradeció de inmediato el respetable, como presintiendo que las expectativas se verían recompensadas.
Y de inmediato, abriéndose de capa, procedió a elaborar una serie de lances que ya evidenciaban temple, mando, una cadencia en el ritmo, moderado y elegante a la vez, con mínimos, irrelevantes atisbos de natural y residual inexperiencia.
Se creció en el tercio de banderillas, con unos quiebros precisos y variados que levantaron murmullos de admiración, de aprobación creciente.
Y luego, con la muleta, fue culminando la faena, afirmando resultados que ya eran una realidad.
Con el estoque se lució a lo justo, mas con eficacia, y dejándolo en lo alto, hasta la bola, y la plaza prorrumpió en un merecido clamor de aplausos y vítores.
Ovación y vuelta al ruedo. Y una oreja.
Así, la joven diestra que, en alguna ocasión hemos nombrado como la Dama de los Rizos, ha despachado a ese morlaco de cuatro años, 4 cursos 4, en la Universidad de Granada.
Enhorabuena.

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