Se presenta VOX.
Entre las primeras cosas que afirman como propósito,
están la firmeza contra el terrorismo; la lucha contra la corrupción; la
reforma de la ley electoral; la cancelación de las autonomías, despilfarro
malversador y ruinoso, fuente de gravísima desunión entre los españoles; la
moderación seria del intervencionismo estatal, ya agobiante, y la reducción de
la riada del gasto público cuya desvergüenza clama al cielo; la eliminación de
las sangrantes subvenciones a sindicatos, partidos y empresarios; la efectiva
independización de la maltratada y manoseada Justicia…
(Unos adjetivos he añadido: que puedan resultar sonoros
no los vuelve inapropiados.)
VOX manifiesta pretender la limpieza general que con
urgencia estamos necesitando, o sea lo que no hace la parásita y deteriorada
casta que nos viene llevando al huerto, todos estos años.
Con UPyD y CIUDADANOS, parecen ser una alternativa útil y
esperanzadora. Y no estaría mal que estas tres formaciones diesen el inédito
ejemplo de juntar sus energías, aproximar sus núcleos y eliminar los mezquinos protagonismos
endémicos para proporcionar a los ciudadanos el futuro decente y respetable por
el que a diario estamos pagando y carísimo, y que no habrá manera de conseguir
tal como ahora vamos.
La edad, que nos hace aprender a trancas y barrancas, y
un más que justificado escepticismo no nos dejan echar las campanas al vuelo.
Ojalá pudiéramos.
De momento, sólo observamos.
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