lunes, 21 de octubre de 2013

Ray Charles



Puesto  que, desde hace años, sobrellevamos la avalancha de cantantes negros/arábigos que retuercen hasta el infinito las volutas imaginativas, caprichosas, excesivas de sus líneas melódicas (ya un poco hechos en serie como toda moda avasalladora o escuela exitosa que se precie), seguimos echando de menos a Ray Charles.
Tan sabio como sobrio* y tan poderoso como medido, con más intención, veteranía, conocimiento, estilo, recursos, inspiración, sello y todo lo demás que se debe tener, este cantor con mayúsculas, este genuino músico de altura, anchura y hondura, nos dejó señales y referencias que deberían servir de valioso ejemplo a las hordas presentes y a las que han de  venir.
Su “¿Qué dije?” legendario puede servir como muestra de lo que una gran canción, tan elemental como llena de sentimiento, y una extraordinaria interpretación dan de sí, para todos, para siempre. Yo era un niño cuando tuve la suerte de escucharla por primera vez, y durante décadas ha seguido pareciéndome de primerísima calidad, sensual, valiente.
El repertorio de Ray fue variado, dilatado en tiempo y posibilidades, útil para demostrar lo que es un maestro de generaciones, un genio del que los presuntuosos novatos con más ínfulas que arte, los afroamericanitos clónicos siempre tendrán mucho que aprender.

* Y no me refiero al Quality Tennessee Sour Mash ...etc.

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